El tiempo dejó de ser una insensible sucesión de días que había que llenar con clases y ponencias, con pausas en los cafés y en la biblioteca, y que conducía a los exámenes, a las vacaciones de verano y al porvenir, para convertirse en algo informe que avanzaba en mi interior y que había que destruir a cualquier precio.
Lectulandia:
El acontecimiento
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