... quise contarles que la lengua vasca disponía de cientos de nombres para designar a las mariposas, uno de los cuales,
pinpilinpauxa, era realmente curioso, porque, en lugar de reproducir un sonido, como es el caso de las onomatopeyas, imitaba el modo de volar del insecto.
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El hijo del acordeonista
"Miraba a las montañas, y no parecía que transcurriera el tiempo; miraba a mi madre, o mi cara en el espejo y parecía que pasaba lentamente; pero el mensaje escrito en el perro no dejaba lugar a quimeras. El tiempo hacía daño, destrozaba la vida."
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