Observa a ese ser miserable. Ese Punto es un ser como nosotros, pero está confinado al abismo cerodimensional. Él mismo es su propio Mundo, su propio Universo; no puede hacerse una idea de nadie que no sea él mismo. (...) no llega a conocer siquiera el número Dos, y no tiene ni idea de la Pluralidad, porque él mismo es su Uno y Todo cuando, en realidad, es Nada. Fíjate, sin embargo, en lo satisfecho que está de sí mismo, y aprende de ahí la lección de que estar satisfecho con uno mismo quiere decir que se es vil e ignorante, y que aspirar vale más que ser ciega e impotentemente feliz.
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